Lamentablemente, llegamos tarde a la cita. Por un lado, la situación en el CEM 10 y la violencia de género, preanunciandonos nuevas víctimas, hizo que por ser parte de la comunidad educativa, nos quedemos participando de estas reuniones en las que se aborda la delicada situación de tener que enfrentar socialmente a los violentos.
Por otro lado, al llegar al Centro Integrador Comunitario, nos encontramos con una columna de humo negro que salía a varias casas de distancia. Un incendio consumió en minutos la casa de una familia del barrio y si no fuera por la rápida reacción de quienes estábamos allí, que sacamos la mayoría de muebles y pertenencias de la segunda casa vecina, otra familia quedaba sin nada. Afortunadamente, cuando llegaron los bomberos ya se habían corrido un par de autos, los vecinos habían sacado pertenencias, y se pudo apagar el fuego que terminó afectando a tres casas. Esta situación, da para la reflexión. El incendio consumió o afectó tres casa porque estas están hacinadas en terrenos minúsculos, fruto de la necesidad de un lugar para vivir, necesidad a la que los diferentes gobiernos no han sabido dar respuesta.
La solidaridad surge de vecinos y vecinas. Más allá de los heridos, rápidamente se les ofreció espacio para pasar la noche a otra de las familias, que también con cuatro hijos, quedaron en la calle.
Los y las invitamos a escuchar un programa en el que nos sentimos raros, con humo en las gargantas, en la ropa y en la cabeza. Un programa con broncas en los dientes, pero que logra rescatar "la unión y la fuerza" de quienes son solidarios.
__DESCARGAR
